Desde la antigüedad los incendios han representado tragedias para la humanidad. Son numerosos los casos catastróficos, como ocurrió con la Biblioteca de Alejandría, el devastador incendio en tiempos del emperador Nerón en Roma, el sucedido en Chicago en 1871, entre otros.
En medio de la catástrofe, el noble oficio de bombero surgió como una actividad arriesgada. Durante el siglo XIX en Norteamérica, las brigadas locales surgieron ante la ausencia de cuerpos de bomberos, con la práctica común de tener cubetas de agua afuera de los hogares. La llegada del carro de bomberos marcó un significativo avance en la lucha contra incendios, siendo un vehículo exclusivo para este propósito. La historia de estos vehículos se remonta a la bomba de fuego, resultado de las investigaciones de Ctesibius sobre aire comprimido. Aunque no comparables con las modernas, estas bombas fueron cruciales para la ingeniería posterior de los carros de bomberos. El equipo actual está diseñado para condiciones adversas.Existen varios tipos de carros de bomberos y componentes:
Los carros bomba, conocidos como carros surtidores, pueden no transportar grandes cantidades de agua. Su misión principal es bombear agua desde fuentes cercanas, limitando su alcance a zonas urbanizadas. A diferencia de otros carros de bomberos, estos vehículos son flexibles y diseñados para abordar diversas misiones, como incendios, rescates y emergencias médicas. Destacan por llevar personal y una amplia variedad de equipos, mientras que los carros con cisternas están especializados en el transporte de agua para situaciones precarias. También existe un tipo de carro destinado al rescate, equipado con herramientas sofisticadas y personal capacitado en atención médica y primeros auxilios.
