Como ya se ha mencionado en varias ocasiones en otros blogs, el agua es el agente principal en las redes contra incendios manuales u automáticos. Pero existe una serie de riesgos o propiedades dentro de algún tipo de edificación que impide el use de este agente. La NFPA, y en general manuales de riesgo y precauciones notifican del peligro de aplicar el agua sobre ciertos materiales pueden reaccionar químicamente o generar alguna explosión.
Riesgos Químicos
Es un tipo de regla general evitar el uso de agua sobre materiales que reaccionan con la misma. Especialmente compuestos que puedan liberar oxigena, gases inflamables, o calor. En específico los grupos: álcalis, anhídridos, carburos, hidruros, nitratos, peróxidos. Un ejemplo típico es humedecer la cal viva y calentar espontáneamente y se empieza a dispersar el calor.
Metales Radioactivos
Nunca es recomendable el uso constante de agua sobre metales reactivos. Generalmente, los requisitos de protección contra incendio concuerdan con sus contrapartes no radioactivas.
Gases Inflamables
En emergencia de incendio por gases, por lo general se tiende a utilizar agua para controlar la radiación de calor formada por el mismo incendio para al mismo tiempo generar esfuerzos que cierren o detengan el flujo de gas que se está filtrando. En este tipo de casos es muy común utilizar agua en forma de pulverización para dispersar o diluir las concentraciones de gases inflamables.
Por otro lado existen casos especiales donde el agua con sus propiedades típicas no van a tener el efecto esperado en la extinción de un incendio y por ello se deben aplicar Aditivos Para Usos Especializados.
En Temperatura de Congelación:
Se utiliza aditivos anticongelantes. Debido a que el agua se congela a 0 grados C, su uso es limitado en climas donde alcance las temperaturas de congelación. Uno de los sistemas más comunes, es la red contra incendio seca (en lugar de la húmeda, o la más comúnmente utilizada). Consiste en la circulación de agua en tanques de calefacción. También existe el método de agregar depresores al agua en su punto de congelación.
La sal de cocina, o cloruro de sodio, no es satisfactorio debido a su capacidad limitada de deprimir el punto de congelación del agua, además de ser altamente corrosivo, y puede dañar equipo o la tubería que forma la red contra incendio.
Los aditivos más comunes son:
La glicerina y el propilenglicol puro se pueden utilizar para deprimir el punto de congelación del agua en la parte de los sistemas donde su punto de alimentación l agua dependa del sistema público de acueducto, en la medida que autoridades sanitarias lo permitan. Cuando es un sistema independiente dietinglicol y etelinglicol ya que son toxicos y no deben mezclarse bajo ninguna situación con el agua potable. También es común el cloruro de calcio para asegurar el desempeño ante condiciones congelantes para las redes contra incendio.
Soluciones salinas de metal alcalino brindan protección de congelación a temperaturas hasta -40 grados C. Cloruro del itrio es comprobada pero poco comercial.
La pérdida de presión a través de las mangueras u otros dispositivos de descarga a causa de la presión es uno de los mayores retos. Entre más larga la manguera o presión de equipo de bombeo, mayor será la perdida de presión. El óxido de polietileno o cadena de polietileno es comprobado por mejor el desempeño en contra de la fricción.
La viscosidad de agua es importante para generar una capa, en tipo de barrera que cubra rápidamente la superficie del incendio. La mayoría de estos aditivos se ha concentrado sobre incendios forestales. Consiste en agentes de espesamiento que logra que el agua se pueda adherir a la superficie del combustible, recubrimiento continuo, capa más gruesa, proyección a mayor distancia por su densidad, y resiste el movimiento, esta entre otras ventajas. Los inconvenientes o desventajas más claras son aumenta fricción en mangueras o tuberías contra incendio, deja el terreno resbaloso, y debe mezclarse antes de usarse.
