Desde su descubrimiento, el fuego ha sido para el hombre motivo de gran asombro. A lo largo del tiempo, en muchas culturas es una divinidad o algo sagrado.
Es también algo complejo: símbolo, elemento religioso. O bien, ha sido el medio, una herramienta que permite proporcionarnos comodidad, facilitar el trabajo, la preparación de alimentos, incluso darnos diversión.
Cuando el fuego, sin embargo, está fuera de control llega a tener consecuencias devastadoras.
Y es aquí donde intervienen las labores de rescate. Las bombas contra incendios son fundamentales en tareas realizadas por bomberos o en redes contra incendios.
No es de extrañar que la primera bomba contra incendios apareciera gracias a los avanzados estudios de ingeniería del célebre griego Ctesibio, quien vivió casi 300 años a. C. Su invención era manipulada manualmente y fue conocida como siphona.
Su función era exactamente igual a las bombas de nuestros días, aunque con alcances notablemente menores dado que la fuerza ejercida para lanzar el chorro de agua venía de la fuerza humana y no, claro está, de motores o electricidad.
Aun en la antigüedad, poco después siphona, surgieron mejoras a favor de las bombas contra incendios. Herón, otro griego, hizo lo suyo al agregar a su invento pistones de bronce y cilindros sujetos a una base de madera.
Estos eran sumergidos en el agua para lograr un impulso a presión con mayor potencia.
La otra gran aportación del mundo previo a la era cristiana tuvo lugar en Roma, cerca del año 200, un cilindro y un pistón, con la salida de agua reducida. Se trata de una bomba cuya propulsión era directamente dirigida a un nivel superior del punto de emisión, tal como ocurre con el líquido que sale de una jeringa
Es importante señalar la trascendencia que tuvo la Revolución industrial a partir de siglos XVIII. La succión de agua por presión es perfeccionada gracias a la máquina de vapor y motores eléctricos.
En este sentido, la ingeniería moderna halló su mejor nicho. Hoy día nos ofrece bombas sofisticadas de gran alcance, empleadas desde edificios hasta refinerías.
Hay varios tipos de bombas contra incendios según sus características y uso. Están aquellas clasificadas de acuerdo al lugar de ubicación con respecto del nivel donde esté localizada la toma de agua (río, lago, laguna o cisterna).
Estas bombas contra incendio reciben el nombre de bombas de turbina vertical, cuando el nivel de succión mínimo esté por encima del motor. Son de tipo horizontal, si el nivel mínimo se encuentra por debajo del dinámico.
Para mayor eficacia y precisión en las bombas (no se olvide que son parte de un complejo y tarea de rescate destinados a salvar vidas humanas), se han diseñado también bombas que reemplazan por un tiempo breve a las primarias.
Puesto que su función es la de dar relevo, ya que operan mientras las verticales y/o horizontales recuperan el agua gastada de los tanques de almacenamiento. De ahí su nombre, bombas Jockey.
Las bombas contra incendio principales, de tipo vertical u horizontal, tienen un arranque automático, aunque también puede ser manual.
El botón de inicio comúnmente está localizado cerca del sitio donde las bombas se encuentren. Para uso de complejos de mayor dimensión, como ocurre en refinerías, este botón de encendido también puede hallarse a distancia de las bombas contra incendio.
Es decir, puede manipularse a control remoto. En cambio, su apagado no puede ser ni automático ni a distancia, sino enteramente manual.
Las bombas contra incendios están fabricadas de materiales específicos, pues así lo exige la permanente exposición a condiciones adversas. Su elaboración y diseño contemplan válvulas de alivio de circulación y válvulas de alivio de presión alarmas, así como un preciso equipo de medición (manómetro) y alarmas.
Para garantizar la efectividad de las bombas contra incendio, es altamente recomendable evaluar las condiciones y características del sitio a donde vaya instalarse.
Lo mismo si se trata de carros de bomberos, dado que los hay diversos según su uso. Ya sea en un edifico, bosque o industrias, las bombas contra incendio tienen un punto medular en la operación contra el fuego.
Por este motivo, es de suma importancia atender el constante mantenimiento y evaluación de funcionamiento en todas las bombas contra incendio instaladas, ya sean en un inmueble, la industria o un carro de bomberos (estas últimas son similares a las empleadas en la antigüedad).
Las bombas contra incendios, desde la edad antigua hasta la actualidad han sido y siguen siendo de gran utilidad para salvaguardar vidas humanas, recursos naturales y bienes materiales.